Los valores del patrimonio geológico de la sierra La Primavera: las oportunidades para el geoturismo / Geological heritage values of sierra La Primavera: proposal of geotourism
DOI: https://doi.org/10.47557/RGNK7688
Lucía González Torreros
lucia_torreros@yahoo.es
Universidad de Guadalajara
Fecha de recepción: 18 de abril de 2017.
Fecha de aceptación: 3 de octubre de 2017.
González, L. (2018). Los valores del patrimonio geológico de la sierra La Primavera: las oportunidades para el geoturismo. Dimensiones Turísticas, 2(2), 27-52. https://doi.org/10.47557/RGNK7688
LOS VALORES DEL PATRIMONIO GEOLÓGICO DE LA SIERRA LA PRIMAVERA: LAS OPORTUNIDADES PARA EL GEOTURISMO
Resumen
No obstante que se ha ignorado el valor geológico de la sierra La Primavera (SLP), adyacente al Área Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, el potencial recreativo de las aguas termales y del bosque ha despertado el interés desde hace varias décadas, aunque ya se le apreciaba incluso desde el siglo xix. Tomando como referencia el trabajo coordinado por González, Valdivia y Gómez en 2018, Geodiversidad volcánica y geopatrimonio en la sierra La Primavera, fue posible identificar, documentar y evaluar la geodiversidad y su potencial para ser calificada como patrimonio, en particular aquellos geositios que pueden ser considerados para el geoturismo, un recurso importante para el desarrollo local. Esta geodiversidad es resultado de una evolución volcano-lacustre de 140 000 años, que ha acondicionado el paisaje; sus recursos ahora poseen gran valor recreativo para la creación de balnearios, delimitación de espacios para pícnic o camping, práctica de ciclismo, senderismo, cabalgata, ecoturismo, así como turismo interpretativo y rural.
Palabras clave: SLP, patrimonio, geoturismo.
GEOLOGICAL HERITAGE VALUES OF SIERRA LA PRIMAVERA: PROPOSAL OF GEOTOURISM
Abstract
The geological value of the Sierra La Primavera (SLP), adjacent to Guadalajara’s Metropolitan Area, Jalisco, has remained ignored for many years. However, in the past few decades, —ever since the 19th century—, the thermal waters, —being a geohydrothermal element—, and the forest, have gained attention for recreational activities. Taking as a reference the study coordinated by González, Valdivia and Gómez in 2018, —Volcanic Geodiversity and geological heritage of Sierra La Primavera (Geodiversidad volcánica y geopatrimonio en la Sierra La Primavera)—, it has been possible to identify, document and evaluate the geodiversity and its potential to be considered heritage, focusing on those that can be considered important for geoturism practices, which are an important resource for local development. This geodiversity is the result of a 140-thousand-year volcano-lacustrine evolution that has determined the actual landscape and its worth for activities such as health resorts, picnic, camping, cycling, trekking, horseback riding, ecotourism, as well as interpretative and rural tourism.
Keywords: SLP, heritage, geoturism.
Introducción
Las contribuciones de este estudio se orientan a otorgar un inventario y localización de los elementos que fueron valorados como patrimonio geológico-geomorfológico, puntos de observación del paisaje volcánico y su relación con otras actividades de naturaleza turístico-recreativas, entre las que se encuentran senderos, rutas ciclistas y el equipamiento tradicional que basa su oferta en recursos geohidrotermales (balnearios), respecto al área natural protegida (ANP) sierra La Primavera, adyacente al Área Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México. Esta información se ha sistematizado y georreferenciado, abriendo la posibilidad de poner sobre la mesa las oportunidades para la práctica del geoturismo, un insumo para la gestión del ANP que no se ha destacado anteriormente.
En esta investigación se retoman las reflexiones vertidas en un trabajo previo y de mayor alcance titulado Geodiversidad volcánica y geopatrimonio en la sierra La Primavera, coordinado por González, Valdivia y Gómez (2018), particularmente respecto de los conceptos geodiversidad, geoconservación (capítulo ii) y patrimonio geológico, así como su potencial para la práctica del geoturismo y sus contribuciones al desarrollo local (capítulo iii).
Se debe aclarar primero que, para efectos de este estudio, el bosque La Primavera será referido como sierra La Primavera (SLP), en función de que dentro del concepto de “bosque” se encuentra limitado el relieve. La justificación que lleva a esta denominación se basa en el origen de esta entidad; supone la formación de domos y estructuras de naturaleza riolítica, que fueron formando cúpulas, frentes marcados, barrancas y valles; se acude a una referencia topográfica diversa que ha sido objeto de una apropiación sociohistórica.
Asimismo, resalta el contraste paisajístico que se produce por la convivencia de planicies y elevaciones que le confieren esa complejidad que sobrepasa el imaginario construido –limitada y recientemente– como bosque. Con esta simplicidad, que se observa con claridad en los distintos intentos de protección oficial, se ha perdido de vista el componente geológico-geomorfológico y se ha circunscrito su importancia al componente forestal. Posteriormente, esto se enlaza a una reflexión sobre las dinámicas turístico-recreativas actuales que se desarrollan sobre todo dentro del perímetro del ANP, de donde resulta el énfasis en el potencial para la práctica del geoturismo.
1. Antecedentes
La referencia más frecuente cuando se habla sobre el tema de patrimonio suele destacar el construido (material): se piensa en catedrales, palacios, casonas, caseríos y edificios prehispánicos, incluso sin considerar que gran parte de ellos tuvieron como insumo materia prima de origen geológico de la región donde se levantaron y que ahora son los elementos que le dan carácter (por ejemplo, mármoles, canteras, granitos, tobas), y le sigue, por supuesto, el inmaterial. Luego, toma posición el natural (biótico) en forma de cascada, lago, bosque o selva (consumadas muchas de ellas en ANP), o algunas de las numerosas especies animales o florísticas que lo habitan.
Todos esos elementos que hoy se relacionan con el patrimonio natural o cultural son reconocidos por ser auténticos, originales, poco comunes, singulares o espectaculares, pero es inusual que un conjunto de rocas, una pared de un cerro o el mismo suelo tienda a ser considerado patrimonio, pasa desapercibido, aunque con frecuencia forme parte del paisaje cotidiano. Sin embargo, si se piensa en estos elementos con base en explicaciones originadas en la geología, comienzan a surgir distintas interpretaciones, nuevas imágenes de lo que también es sujeto de considerarse patrimonio.
En el ámbito mundial se observa una tendencia creciente que reconoce la importancia del conocimiento geológico, lo cual ha llevado a su vez a la sistematización y valoración de los elementos geológicos que contribuyen a reescribir la historia de la Tierra. Cada vez más, tal revaloración lleva a la creación de propuestas que abrazan el conocimiento geológico con distintas funciones sociales, ambientales y económicas, como las prácticas turísticas, vinculadas con propuestas que abonan al desarrollo local.
2. Geodiversidad, Geoconservación y Geopatrimonio
Es común que, al hablar sobre patrimonio, surjan de inmediato imágenes relacionadas con lo que recibimos del pasado y estamos obligados a conservar y proteger para el futuro. Pero ¿es posible fijar un horizonte temporal para posar la mirada y determinar qué es lo que debe considerarse patrimonio o cuántos años deben haber transcurrido desde su creación? .
¿Es suficiente la existencia de un elemento geológico en un territorio para que sea considerado patrimonio? El referente temporal para el ser humano suele ser muy corto, se habla de siglos e incluso un par de milenios. De manera automática, se podría pensar que por el simple hecho de que un elemento natural o cultural exista, ya forma parte del patrimonio, pero no siempre ocurre así. En principio, un elemento tiene que ser identificado, valorado y reconocido por los grupos humanos con los que cohabita, debe tener un significado para ellos, ahí comienza el proceso de patrimonialización. De este modo, y aunque no ha sido habitual pensarlo bajo esta idea, la concepción básica del patrimonio se encuentra ligada intrínsecamente con la perspectiva de la sustentabilidad. Por ello es importante desta car algunos pilares conceptuales como geodiversidad y geoconservación, antes de continuar con el tema de patrimonio geológico.
2.1 Un acercamiento al concepto de geodiversidad
La década de 1990 y las reflexiones acerca del tema de la sustentabilidad, enmarcadas principalmente en la Cumbre de Río, establecieron un nuevo entorno académico sobre cuestiones ambientales y el tema de la diversidad geológica, sobre la cual han surgido distintos debates conceptuales. En el año 2000, el Consejo de Ministros Nórdicos destacó que ambas, biodiversidad y geodiversidad, influyen en el desarrollo económico del territorio, afectan los usos del suelo y la práctica de actividades recreativas, por lo que se debe asumir una responsabilidad y no dejarla solo en manos del gobierno (Guillén cit. en González, Valdivia, Gómez y Castillo, 2018).
Cuadro 1. Distintos conceptos y componentes conceptuales de la Geodiversidad
Fuente: Elaboración propia a partir de Carcavilla, L., López, J. y Durán, J. (2007, 2008 y 2014)
La geodiversidad, entendida como la diversidad de elementos abióticos, incluye la necesidad de cuantificar la abundancia, frecuencia y distribución con objeto de valorar el gradiente geodiverso. Por ello, la geodiversidad es una propiedad del territorio que puede ser cuantificable y, aunque guarda relación con el patrimonio geológico, son conceptos diferentes. Un territorio puede ser poco diverso pero puede tener un alto valor patrimonial y viceversa. Mientras que la geodiversidad lleva a considerar una cantidad y variedad de elementos, el valor como patrimonio se referirá a su valor intrínseco (Carcavilla, López y Durán, 2007).
3.1.1 La valoración de la geodiversidad
La perspectiva de la geodiversidad que aquí se retoma se basa principalmente en los trabajos de Carcavilla, López y Durán, 2007, 2008 y 2014 (referidos en Serrano, 2014, p. 70), los cuales realizan una propuesta de valoración que tiene su base en tres aspectos: la diversidad de los elementos que muestran la evolución de la Tierra, sean estos geológicos, geomorfológicos o del paisaje; la frecuencia con la que aparecen en un territorio; y la distribución de las entidades geológicas. En todo ello cobra relevancia la litología, sus acomodos y relaciones, así como las consecuencias de los procesos erosivos. Para Serrano (2014), el objetivo es delimitar áreas con características similares en las cuales estos componentes tienen un eminente carácter sintético, que define, delimita y correlaciona espacios homogéneos desde un enfoque abiótico.
Se eligió la metodología de Walter Medina Importancia de la geodiversidad. Método para el inventario y valoración del patrimonio geológico, publicada en 2015. En una primera etapa, los geositios inventariados y seleccionados se sometieron a una serie de criterios asignándoles valores de acuerdo con sus características intrínsecas; este hecho parte de la idea básica de que no es posible conservar todo lo que se ha inventariado, lo que obliga a una revisión y evaluación exhaustivas que lleven a seleccionar los lugares más representativos de la geodiversidad, consiguiendo de este modo explicar mejor la evolución geológica del área de estudio. La segunda etapa corresponde al porcentaje de aprobación (pa), para lo cual la suma del puntaje otorgado a cada parámetro de valoración (escala de valoración individual) debería alcanzar un mínimo de 44 puntos, lo que corresponde a 50 % de aprobación; los lugares que obtuvieron este porcentaje fueron considerados como geositio y, en etapas posteriores, alimentarán una propuesta de geoconservación.
3.2 La geoconservación
Cuando se habla de rocas u otros materiales geológicos o geomorfológicos, el imaginario común dicta que son de alta resistencia/durabilidad, lo cual constituye una gran amenaza para este tipo de recursos. Brilha (2005) indica que buena parte de esa amenaza tiene como origen la actividad humana en escalas diversas: desde la paisajística, hasta la de un afloramiento. La geoconservación y sus estrategias deben considerar algunos elementos, como los suelos y la geomorfología, el valor ecológico y su importancia como parte de los ecosistemas, las relaciones y dinámicas sociales y económicas que detonan en su entorno, no solo el valor científico. La geoconservación es, por lo tanto, un concepto más integrador.
Carcavilla, López y Durán (2007, p. 173) determinan que la geoconservación se asienta fundamentalmente sobre dos principios: su valor intrínseco y su fragilidad/vulnerabilidad, es decir, el valor y las amenazas (tal como se presentan en los criterios de evaluación). Estos autores definen a la geoconservación como: “el conjunto de técnicas y medidas encaminadas a asegurar la conservación (incluyendo la rehabilitación) del patrimonio geológico y de la geodiversidad, basada en el análisis de sus valores intrínsecos, su vulnerabilidad y en el riesgo de degradación” (Carcavilla et al., 2007, p. 174). De todo esto surgen las bases para el diseño de estrategias y pautas de manejo, la geoconservación, del área que se intenta poner en valor.
Figura 1. Esquema del proceso de evaluación y selección de geotipos
Fuente: Elaboración propia a partir de Medina, 2015, pp. 64-67
Figura 2. De dónde viene el patrimonio geológico: Construcción conceptual
Fuente: Elaboración propia a partir de los autores citados en el texto
3.3 El patrimonio geológico y el geoturismo
El concepto patrimonio geológico llama la atención hacia los procesos y manifestaciones que permiten estudiar y comprender el origen y evolución de la Tierra, climas y paisajes resultantes; es un conjunto de recursos geológicos de valor científico, educativo y patrimonial. Derivado de las reflexiones del VI Congreso Geológico de España, en Zaragoza en 2004, se acuerda que:
El patrimonio geológico es el conjunto de recursos naturales geológicos de valor científico, cultural y/o educativo, ya sean formaciones y estructuras geológicas, formas del terreno, minerales, rocas fósiles, suelos y otras manifestaciones geológicas que permiten conocer, estudiar e interpretar:
a) El origen y evolución de la Tierra
b) Los procesos que la han modelado
c) Los climas y paisajes del pasado y presente
d) El origen y evolución de la vida (cit. en Carcavilla et al., 2007, p. 17).
En la figura 2 también se observan algunos de los elementos que forman parte de este patrimonio y las condiciones que dan paso al proceso de patrimonialización, interpretación y valoración otorgada por el ser humano.
3.4 Geoturismo como estrategia para el impulso al desarrollo local
Desde las primeras discusiones que llamaron la atención sobre el uso turístico del patrimonio geológico, hacia la última década del siglo xx, su orientación principal estuvo encaminada a la puesta en valor y la difusión de las evidencias que contaban la historia de la Tierra. Se trataba de una propuesta de turismo que tenía su cuna en la geología, la geomorfología, la paleontología e, incluso, parte de la arqueología.
No obstante, National Geographic realiza una propuesta que, aunque no excluye literalmente al geoturismo –en su forma original–, no lo incluye de manera explícita, por lo que no se trata específicamente de lo mismo. El objetivo de ese geoturismo es destacar todas las condiciones naturales y culturales, incluidas las intangibles, que expresan la integridad de un lugar, se entiende, por lo tanto, todos los elementos del territorio. En este sentido se apunta que: “El Geoturismo en su mejor expresión debe beneficiar a los habitantes locales. Los habitantes locales, por su parte, deben velar por lo que atrae al turista, que sea un bosque lluvioso, una calle histórica o simplemente un paisaje bello”. Todo ello con soporte de la tecnología para el desarrollo de aplicaciones para mejor conocimiento y uso del territorio.
Ese geoturismo que estaría relacionado, en el mejor de los casos, con una forma de turismo responsable o de un desarrollo sustentable del turismo, o bien con un turismo con enfoque local, al que definimos como la orientación de un proceso de desarrollo de un territorio en el cual tiene lugar un conjunto de relaciones económicas, sociales, ambientales y políticas detonadas por la actividad turística, orientadas a movilizar los recursos naturales y culturales que se poseen en la búsqueda de generar iniciativas y proyectos territoriales, liderados por actores locales a fin de mejorar la calidad de vida de los habitantes del destino turístico. Sin embargo, pese a que es muy positiva esta forma de pensar el turismo, no es nada nueva; estos enfoques nacen en un contexto de reflexión sobre el desarrollo alrededor de los años setenta del siglo pasado y han venido madurando y evolucionando durante las últimas décadas integrando, entre otras, a la práctica turística. En realidad, todo turismo así debe ser: sustentabilidad, responsabilidad, enfoque local como elementos transversales a las prácticas y territorios turísticos y no tipologías turísticas.
Aunque se comparte esta manera de promover y comunicar el valor del territorio convertido en destino turístico, en términos conceptuales se encuentra un tanto disociada de la forma propuesta original para el geoturismo, es decir, desde la geología. Por ello, en el Congreso Internacional de Arouca “Geotourism in Action”, celebrado en Portugal en 2011, se tuvo como tarea central definir el concepto. Como resultado, se obtuvieron las siguientes precisiones:
Figura 3. Relación patrimonio geológico y turismo
Fuente: Elaboración propia a partir de la Declaración de Arouca, 2011.
En este contexto de revaloración y protección del patrimonio geológico, aparecen distintos elementos que enlazan conceptual y operativamente al turismo con el desarrollo local. La participación y el involucramiento de la población local en la operación y gestión de la actividad turística proveen a la perspectiva de la sustentabilidad en el turismo de mejores prospectivas. Cuando se adapta un modelo de desarrollo turístico al territorio y no el territorio al modelo y se cuenta con la participación de la sociedad local, se adosa de contenido a las prácticas turísticas, se le da sentido al patrimonio natural y cultural, se ofrece una garantía de uso responsable de los activos del patrimonio territorial: la comunidad toma el control de las prácticas que se desarrollan en su territorio.
Las estrategias turísticas deben buscar activar el capital social mediante una gestión conjunta que involucre la participación de la población local en forma de cooperativas, patronatos y asociaciones, así como estrechar los vínculos con las instituciones educativas, la administración pública y la iniciativa privada. De este modo, el geoturismo, concebido como proyecto territorial, deberá asentarse sobre una estrategia que integre la conservación del patrimonio geológico con el uso turístico, orientado a establecer nuevas rutas para el desarrollo económico y social del ámbito local; es decir, un proyecto territorial cuya gestión surja y se realice desde abajo, de manera que sea posible visualizar cambios cualitativos favorables en la calidad de vida de las personas. La búsqueda del desarrollo local requiere descubrir las relaciones de la sociedad con el territorio sobre el cual interactúa y del que depende.
4. Sierra La Primavera caracterización y complejidad territorial
La SLP ofrece la oportunidad de desarrollar distintas lecturas –temáticas, funcionales y de escala–, pero al mismo tiempo, de innovar en términos de gestión y ordenamiento al poner los valores geológicos-geomorfológicos como algunos de los primeros referentes para la lectura de este territorio. Se parte de la consideración de que la SLP está formada por un conjunto de relieves singulares acompañado de rasgos únicos resultantes de la actividad volcánica y lacustre, que envuelven desde escalas territoriales mayores a esta entidad geográfica.
Las 30 500 ha de superficie protegida quedan distribuidas en tres municipios del centro del estado de Jalisco: Zapopan, Tala y Tlajomulco de Zúñiga. Otra importante situación es haber sido reconocida desde 2006 como una de las 40 reservas de la biósfera (Programa sobre el Hombre y la Biósfera –Man and the Biosphere Programme, mab–) que se encuentran en México y una de las 122 reservas reconocidas en América Latina y el Caribe. El reconocimiento se sustenta en la rica biodiversidad de los ecosistemas presentes en la reserva, la cual recibe la influencia geográfica de dos provincias florísticas: la Sierra Madre Occidental y su pertenencia a la Faja Neovolcánica Transversal.
A pesar de tratarse de un ámbito complejo, las distintas declaratorias y sus respectivos objetivos de protección y de manejo están enmarcados exclusivamente en el patrimonio natural; más aún, dejan de lado los procesos que determinan la configuración de los elementos, no solo bióticos, sino también los relacionados con la presencia humana y referidos a la impronta urbana, que permiten la comprensión integral de este territorio, aunque sí se destaca la práctica turística en uno de los cinco ejes de manejo. Las diversas instancias que intervienen en la gestión de este territorio reconocen que uno de los problemas que más aquejan a esta ANP es la tenencia de la tierra. Este asunto se encuentra asociado directamente con las diferentes funciones que se realizan dentro y en los márgenes del perímetro de protección.
Figura 4. Mapa de localización de la Sierra La Primavera en el contexto del Área Metropolitana de Guadalajara y sus principales accesos
La presión inmobiliaria toma fuerza día con día y con ello se incrementa la vulnerabilidad del bosque hacia los incendios forestales. El crecimiento de la mancha urbana amenaza con nuevas vías de comunicación que no solo ponen en peligro a la flora y fauna del lugar y fragmentan la conectividad del ecosistema, lo que conlleva la pérdida de biodiversidad, sino también afectan el patrimonio geológico que ha permanecido enterrado, por no decir olvidado. Se trata de miradas parciales de nacen desde adentro y circunscritas al perímetro del ANP.
4.1 Un poco de la historia geológica de la SLP
En términos geológicos, la estructura de la SLP se relaciona principalmente con una evolución volcano-lacustre asociada con la Faja Volcánica Transmexicana cuya manifestación se observa en los niveles estructural y paisajístico.
De acuerdo con expertos como Mahood, Truesdell, Templos y Halliday (cit. en Valdivia, 2018), la historia geológica de La Primavera da comienzo hace unos 140 000 años y concluye apenas unos 27 000-30 000 años atrás. Distintas etapas produjeron los elementos más significativos del patrimonio geológico y las particularidades geológicas-geomorfológicas y paisajísticas de mayor importancia actual.
En las etapas más tempranas, surgen las primeras evidencias de la actividad magmática: los domos precaldéricos. Hacia los 95 000 años atrás, emisiones masivas de lava y gases y piroclastos dieron origen a la Toba Tala. Entre los 70 000 y 50 000 años se emplazan los domos caldéricos, que al interactuar con el agua, generan un inusual Horizonte de piedra pómez gigante; al colapsar las paredes de la cámara magmática, se formó una caldera que alcanzó 11 km de diámetro, con lo cual surge el lago que durante los siguientes 50 000 años fue depositario de material lacustre; simultáneamente y como resultado de distintos eventos volcánicos y telúricos, el paisaje tomó la forma de sierra-serranía.
El primer momento da origen a los edificios de piroclastos del Anillo Caldérico Sur y Norte que, al colapsarse, provocaron un desbordamiento por los puntos más bajos. La obsidiana resulta del súbito enfriamiento de roca, dejando evidencias dispersas por prácticamente toda la región, siendo partícipe en el desarrollo cultural de los habitantes prehispánicos. Un segundo momento da origen a los cerros –domos– del Arco Sur así como a los hummocks. El último evento sucedido entre los 30 000 y 27 000 años atrás condiciona la formación de El Colli y se rejuvenecen las depresiones de El Bajío y del valle de Atemajac con una potente capa de piedra pómez. Esta breve referencia fue la base del conocimiento que llevó al trabajo de campo, en el cual se identificaron distintos elementos entre los que se han de destacar aquellos que detentan un potencial para la práctica del geoturismo.
4.1.1 Algunas evidencias
Para el caso que se expone, en el tema de la geodiversidad se obtuvo un total de 80 unidades distribuidas de la siguiente manera: seis con un valor muy alto, 20 con un valor alto, 32 con una valoración media, 18 con calificación baja y las cuatro restantes, con un valor muy bajo. Las unidades con valoraciones más altas se ubican con relación a los domos: Cerritos Colorados y su entorno geotérmico, Las Planillas y San Miguel, receptores principales de las prácticas ciclistas.
Una vez realizado el ejercicio de inventario y clasificación, resultaron 123 puntos en la SLP. De ellos se consideraron en una primera evaluación 16 puntos, áreas y corredores que podrían ser calificados como geositios (valor potencial); estos fueron sometidos a la evaluación a partir de los criterios de valor intrínseco, científico/educativo, turístico y vulnerabilidad. Las ponderaciones bajo los criterios metodológicos propuestos arrojaron 13 geositios (GS#) para la SLP. Los elementos resultantes se agruparon en siete macrozonas con características que facilitaron una descripción puntual de su contenido patrimonial. La información anterior alimentó el cuadro 2.
La situación actual en la SLP remite a zonas de camping, ciclismo, balnearios, senderos y, de forma general, a tipologías como turismo rural, ecoturismo o turismo interpretativo, turismo de aventura o extremo; sin embargo, en todas las propuestas de uso y gestión, así como en los emprendimientos económicos, no se tiene previsto (en sentido puntual y estricto) el valor geológico de la SLP.
Cuadro 2. Lista de geositios (potenciales y reales) definidos en función de su valor para representar rasgos distintivos de la evolución geológica de la SLP
1. No cumple con escala de referencia. No fue considerado geositio.
2. No cumple con el porcentaje mínimo de aprobación establecido por la metodología: 44 = 50%. No fue considerado geositio.
Fuente: González, Valdivia, Gómez y Castillo, 2018. Capítulo II.
5. Discusión: la geodiversidad y el geopatrimonio en el contexto de la utilización turístico-recreativa
5.1 La dinámica de las actividades turístico-recreativas en la SLP: una mirada a los últimos años
Desde mediados del siglo xix, la SLP ha permitido a los habitantes del Área Metropolitana de Guadalajara y a los pobladores de los municipios aledaños el desarrollo de actividades con fines turístico-recreativos, en particular relacionadas con los recursos geohidrotermales. Su localización justo al lado de una ciudad de gran tamaño sugiere que el destino turístico es el Área Metropolitana de Guadalajara (actúa como centro de estadía y distribución) y desde aquí se realizan desplazamientos de corta estancia, apenas de cuatro a cinco horas hacia la SLP. La motivación tradicional se centra en tres elementos: el recurso geohidrotermal, el bosque y, más recientemente, la topografía y el paisaje (el relieve), que llaman la atención para el ciclismo y el senderismo. Quienes desarrollan la práctica son, en términos generales, los habitantes de esta metrópoli y de los municipios aledaños, por lo que el territorio en cuestión no desempeña por sí mismo, al menos en sentido estricto y por el momento, una sólida función turística pero sí recreativa. Los movimientos ligados al ciclismo, camping-pícnic y senderismo tienen diversos actores, pocos de ellos relacionados, específicamente, con un interés geológico.
A la fecha, el Organismo Público Descentralizado (opd) Bosque La Primavera tiene un registro de automóviles y personas que ingresan por las dos casetas principales –de más de 15 identificadas–: la ubicada por la prolongación Mariano Otero y la que se localiza en el ejido La Primavera (#1 y #2, respectivamente; véase figura 4). Los conteos de los últimos años indican que, en promedio, ingresan 3.3 personas por vehículo; la relación personas/ vehículo es más o menos constante.
En este contexto de usos turístico-recreativos se propone el geoturismo, una actividad ordenada, a realizarse en zonas muy específicas del ANP, con guías especializados que ofrecerían la información bajo esquemas de interpretación del patrimonio geológico. Las formas y trayectos de acceso, así como los horarios de visita, pueden ser acordados entre los propietarios y las autoridades del opd. En este tenor, la producción de material informativo e incluso el desarrollo de aplicaciones móviles es pertinente.
5.1.1 Balnearios, campings y áreas de pícnic
La mayoría de los balnearios que operan actualmente, y que fueron identificados en el trabajo de campo como unidades económicas activas, abrieron sus puertas entre las décadas de los setenta y ochenta. Todos tienen entre 35 y 40 años de funcionamiento continuo, con altibajos causados por la afluente (gasto) de agua termal y por algunos incendios forestales. La temporada alta de demanda para las actividades ligadas con el bosque y los recursos hidrotermales inicia a partir de la Semana Santa (con fechas variables) –con una pretemporada que da comienzo en el puente del 5 de febrero– y continúa hasta mediados o finales de octubre, cuando desciende la demanda.
Como resultado del inventario inicial otorgado por el opd y validado en trabajo de campo, se identificaron 28 sitios ya con una práctica turístico-recreativa: 16 de ecoturismo/ turismo vinculado con la naturaleza y la educación ambiental (incluye dos empresas no registradas por el opd), 11 balnearios (dos no inventariados por el opd por localizarse fuera del perímetro de protección) y un restaurante. La mayoría son empresas de carácter privado con origen en la propiedad ejidal.
Figura 5. Recursos localizados en el área de la SLP con función turístico-recreativa: a) Vestigios de la Hacienda La Primavera, pionera de las prácticas turístico-recreativas; b) Rancho-Camping Agua Dulce; y c) Balneario Los Chorros de Tala.
Archivo personal: Trabajo de campo febrero-noviembre de 2015.
A los emprendimientos económicos señalados es necesario sumar otras actividades de importancia, primero, en términos de las acciones emprendidas en el marco de la educación ambiental y el turismo de naturaleza, y segundo, por tratarse de actividades que generan un mayor impacto en el ANP. Se trata del ciclismo y el senderismo.
5.1.2 Las rutas ciclistas
La actividad de los ciclistas cada vez presenta mayores niveles de consolidación. Con el común denominador de la bicicleta, existen actividades relativamente moderadas, como el ciclismo de recreo, pero también algunas más intensas, como a campo traviesa y downhill, que ya comienzan a impactar ambiental y socialmente distintas áreas de la SLP.
De acuerdo con los informantes, pero sin existir un número oficial, se estiman alrededor de 2 500 ciclistas cada fin de semana; 90 % del ingreso de ciclistas al ANP se realiza por la entrada de Mariano Otero. Esta afluencia ha detonado distintos procesos en la escala del medio físico, pero también en la escena social, fundamentalmente porque la mayoría de las rutas son reportadas como “no oficiales”, ya que no tienen el seguimiento apropiado para evitar erosión y desgaste del suelo, ni para llevar a cabo acciones de restauración de las mismas. La parte social se ve afectada debido a que son rutas que pasan por predios que no están destinados al uso público, lo que supone una invasión constante a la propiedad privada.
La actividad ciclista se concentra sobre todo en la parte sureste y en la oeste del ANP. La red de rutas se ramifica hacia la ladera norte del cerro Las Planillas y al noroeste del cerro San Miguel. También se aprecian algunos segmentos de las rutas que involucran los cerros El Culebreado y El Madroño y otras que se dirigen hacia el cerro Nejahuete, donde se localiza la Torre 2, así como otra ramificación menor que se distribuye por el lado de Tala.
El potencial del ciclismo es alto y la demanda de este espacio, creciente. Con mayor frecuencia se ofertan carreras organizadas por distintos colectivos y asociaciones locales, nacionales e internacionales. Páginas de ciclismo especializadas, como la de MTBProject, considera miles de rutas en el ámbito mundial (principalmente en Estados Unidos), entre ellas 56 rutas en México, de las cuales 35 se ubican en el estado de Jalisco y tres de ellas se promueven en La Primavera: Espinazo-Pinitos, Torre de observación # 2 y La Cebada.
La información que se ofrece sobre las rutas tiene que ver con longitud, pendiente, clima, grado de dificultad e interés; además se mencionan en blogs y en páginas web de pequeñas empresas que ofrecen un turismo alternativo. Sin embargo, las quejas de los dueños de los predios también van en aumento. En la figura 6 se presentan las distintas rutas ciclistas, según el punto de acceso; se han relacionado con la localización de los geositios para evaluar su coincidencia espacial. Como se observa, los puntos de mayor riesgo son nacimientos de agua caliente y algunas zonas de chimeneas fósiles apiladas, pero en particular los domos de San Miguel y Las Planillas. La figura también muestra el tipo de propiedad de los predios en los cuales se manifiestan estas prácticas, así como la localización de sitios con actividad turístico-recreativa actual.
Figura 6. Mapa de rutas ciclistas con la distribución de los geositios
Figura 7. Mapa rutas de senderismo con geositios y puntos de observación del paisaje
5.1.3 Los senderos
En el caso de los senderos, se cuentan 44 y solo dos son interpetativos, los que gestiona el opd: Sentidos y Toba Tala. Su distribución se concentra principalmente en la parte norte del ANP; no obstante, la mayoría de las rutas tienen origen en la parte norte y se prolongan hacia el centro de la SLP.
Los senderos se visualizan como una oportunidad real para el geoturismo y, al mismo tiempo, como una estrategia para la educación ambiental. Es común que las rutas que trazan los senderistas, que avanzan a un ritmo más lento y espaciado sobre el territorio, sean también para quienes desean hacer recorridos a trote; incluso, hay trayectos que son para senderistas, corredores y ciclistas, lo cual implica un riesgo para quienes realizan actividades de bajo impacto o que llevan a cabo su visita con menores de edad.
Con la creciente demanda como espacio recreativo, la afluencia a La Primavera se ha intensificado, lo que provoca una problemática mayor y la necesidad de establecer líneas de acción orientadas a generar las condiciones para un control más eficiente de los flujos temporales. Por ejemplo, el acceso desde el poblado de Tala no cuenta con un ingreso controlado ni un conteo, pero resulta de gran importancia para actividades como el camping y el pícnic. En cuestión del patrimonio geológico, este es uno de los accesos de mayor relevancia por la localización de puntos de interés geológico identificados en campo. En la figura 7 se exponen los trazos de los senderos, combinándose con la localización de geositios y de puntos de observación del paisaje así como con los emprendimientos turísticos y con la capa de unidades de relieve, entre las que destacan los lomeríos, las barrancas y las zonas de chimeneas fosilizadas, coincidentes con buen número de geositios.
Todo ello permite reconocer un gran potencial para la práctica del geoturismo. De las cinco macrozonas identificadas, la número 1 (Macrozona del Río Caliente) es la que cuenta con una actividad recreativa vinculada con los balnearios, la cual se desarrolla a partir del recurso geohidrotermal de manera formal desde las décadas de los setenta y ochenta. Es la manifestación más clara de una actividad (aunque leve) volcánica.
La Macrozona 2 (Geotérmica) tiene la limitación de configurarse, dentro del Programa de Manejo (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, 2000) del área protegida, como “Zona de Aprovechamiento Especial”. Esta situación, pese al potencial que ostenta la zona por sus valores geotérmicos y paisajísticos, presenta restricciones legales –debido al proyecto de la Geotérmica recientemente reactivado– para el uso turístico recreativo. Se trata de una zona frecuentada por ciclistas.
La Macrozona 3 representa uno de los valores más importantes para la interpretación de la evolución volcánica a través del paisaje. Además, aquí se localizan dos elementos vinculados culturalmente con la región: la piedra de San Isidro (Mazatepec) y las minas de obsidiana, estas últimas ligadas con un aprovechamiento por parte de la población que ha habitado en su entorno.
Figura 8. Estructuras geológicas Corredor El Carbón. Los muros muestran distintos procesos de la evolución lacustre.
Archivo personal: Trabajo de campo. Enero-marzo 2016.
Las mejores evidencias de las chimeneas fosilizadas se ubican en las macrozonas 4 y 5 (Tala-Villa Felicidad y Tala-Los Chorros). Aquí se inventariaron las aglomeraciones más relevantes de chimeneas fósiles (clústeres) pero además las de mayor tamaño: se cuentan numerosos racimos de chimeneas adosadas en muros, muros ondulantes y rocas de formas caprichosas. Estas se combinan con cuerpos de agua (fría) y con lecturas importantes del paisaje. Sin embargo, estas zonas reciben la impronta urbana más significativa. El trazo del macrolibramiento, en el perfil oriente del ANP, ha dejado expuesto material que permite un mayor conocimiento del proceso volcánico, pero al mismo tiempo ha significado la pérdida de elementos que se suponen valiosos por lo que se ha encontrado en el contexto, pero que no estaban inventariados por la falta de interés y la desprotección legal del patrimonio geológico.
De esta manera, la organización del patrimonio geológico-geomorfológico identificado en la SLP admite distintas lecturas para asociarlo con prácticas que ya se realizan. Los balnearios se valen desde antaño de un recurso geohidrotermal, los ciclistas buscan los puntos más encumbrados (incluso, las zonas de mayor vulnerabilidad, como Las Planillas), no obstante, poco se relaciona la práctica con la observación del paisaje. Son los grupos de senderistas los que mayor potencial presentan para vincularlos con la propuesta de geoturismo: el ritmo al que se desarrolla su práctica les permite introducirse en un paisaje volcánico con la posibilidad de realizar una lectura más detenida, incluso especializada, y con menor impacto que las prácticas de los ciclistas, motos y cuatrimotos que también se identificaron en algunas zonas de la sierra La Primavera.
Figura 9. Muro de Horizonte Pómez Gigante y muro ondulante dentado. Vista de dos de los muros más interesantes: izquierda, el muro muestra el horizonte de Piedra Pómez Gigante y a la derecha, el muro tt en forma dentada, llamado para efectos de atracción Muro de Quetzalcóatl.
Archivo personal: Trabajo de campo febrero-noviembre de 2015.
El opd tiene en su haber información y programas de educación ambiental, institucionalizados entre algunos organismos públicos y privados de educación básica y media. Salvo la información que uno puede consultar en la red, el trazo de los senderos no cuenta con oficialidad desde el opd, no existe ninguna aplicación, mucho menos material impreso que le permita al senderista afrontar los vaivenes de internet, la conectividad suele ser poco eficiente debido a las condiciones topográficas. Se requiere de un trabajo multidisciplinario y de mediano-largo plazo. Es importante la comunicación entre los distintos grupos de interés que inciden en la investigación, gestión, uso y derechos de propiedad del área nacional protegida.
Conclusiones
El ANP bosque La Primavera (SLP) resulta de una impronta volcánica que le otorga un valor añadido a la ciudad de Guadalajara y a su área metropolitana, no solo en términos ambientales, sino también económicos, turístico-recreativos y paisajísticos. El valor geológico del patrimonio ligado a la SLP ha permanecido olvidado, salvo por aquellas manifestaciones secundarias que hacen visible el potencial geológico y la actividad turístico-recreativa que se basa en el aprovechamiento de los recursos geohidrotermales, así como la emoción del senderismo y el ciclismo de montaña. Su geodiversidad es amplia y significativa.
Dispersos por el territorio circunscrito a la declaratoria se identificaron elementos únicos, representativos de procesos volcano-lacustres: toba tala; pómez gigantes; chimeneas en formas, tamaños y disposiciones varias; cortes que muestran la actividad tectónica y los procesos de sedimentación lacustre, así como perfiles topográficos que muestran las cicatrices de la evolución: fallas, barrancas y domos, muchos de ellos en una situación de alta vulnerabilidad por su exposición al crecimiento urbano, a trazos de vías de comunicación y al reciente nuevo impulso a la Geotérmica.
Todos estos elementos son sumamente vulnerables; existe un hueco legal (en distintas escalas) que olvida que el patrimonio geológico merece una protección explícita, no solo implícita en el marco del patrimonio natural; incluso, la biodiversidad depende en gran medida de los sustratos geológico y geomorfológico. Una actualización reciente al plan de manejo propone considerar estos activos geológicos-geomorfológicos inventariados.
La riqueza geológica identificada hasta el momento, las dinámicas sociales entre usuarios, autoridades y propietarios, así como los problemas ambientales recurrentes, son factores que motivan seguir construyendo una estrategia para impulsar nuevas prácticas más sostenibles. Considerar el patrimonio que ofrece la SLP bajo lecturas de patrimonio territorial y asociadas con un proceso de patrimonialización en distintos niveles, el cual da comienzo con estudios orientados a identificar y evaluar la geodiversidad.
El geoturismo, basado en el reconocimiento de los valores del patrimonio geológico –desde la geología, como se propone en la Declaración de Arouca–, es perfectamente compatible con la perspectiva propuesta por NatGeo: el apego al significado del territorio con enfoque local y al uso de nuevas tecnologías para su disfrute, pero con mayor énfasis en los activos que ofrece todo el proceso evolutivo de La Primavera.
Conviene dejar claro que promover el geoturismo no implica nuevas restricciones de uso en esta ANP; se trata de una estrategia de doble vía: la geoconservación y la promoción del desarrollo local, a través del impulso de iniciativas económicas derivadas de esta práctica; es decir, dar fortaleza a los emprendimientos turístico-recreativos ya existentes y que tienen más de 40 años de funcionamiento, así como a las nuevas propuestas que surgen asociadas con los movimientos ciclistas y senderistas, cuyo potencial cada vez es mayor, tanto en sentido positivo como destructivo.
Por ello, una de las tareas más urgentes es la de establecer acuerdos para el diseño de rutas y miradores interpretativos que sean de poco impacto ambiental, teniendo en cuenta los esfuerzos de geoconservación, los intereses de los propietarios y las opiniones de los grupos de ciclistas y senderistas, donde se considere el valor geológico y los límites de carga del territorio. Las gestiones que se realizan dentro del ANP corresponden a unos límites marcados por decreto, pero las evidencias de la dinámica evolutiva se presentan no solo al interior de sus bordes, también pudieron identificarse hacia el exterior del perímetro elementos de gran valor que se encuentran vulnerables ante la impronta urbana.
El futuro de la SLP y las actividades de recreación y, por qué no, turísticas, depende de la estrategia que los distintos grupos de interés definan; a mayor consideración de la premisa del enfoque local-sustentable, mayores oportunidades de desarrollo tiene a futuro. La constante generación de conocimiento científico sobre el patrimonio cultural y natural (entre el que se ubica el geológico-geomorfológico), así como la apropiación cultural de los valores que ofrece la SLP, abonan al proceso de patrimonialización. De esta manera, tras conocer los valores con los que se cuenta, se despierta el interés por su conservación y por el geoturismo.
Fuentes consultadas
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